jueves, 12 de febrero de 2015

FACTORES MÁS FRECUENTES QUE ESTRESAN A LOS GATOS

El estrés en los gatos suele estar relacionado con cambios bruscos, que requieren adaptación por parte del animal, así como con enfermedades, obesidad y parásitos.
De tal forma, el tratamiento a este trastorno, que se manifiesta, generalmente, en la conducta del felino debe indicarse luego de analizar detenidamente la actitud de la mascota, así como el entorno al que se encuentra expuesto.
En la determinación del origen del estrés intervendrán, entonces, dos factores fundamentales: el dueño del gato y el veterinario, este último con destacada participación debido a su condición de especialista.
De tal forma, es posible que un gato se estrese tras  intervenciones quirúrgicas, viajes prolongados, la llegada de una nueva mascota a la casa o el nacimiento de un bebé, entre otras.
SÍNTOMAS DEL ESTRÉS FELINO
¿Cómo advertir que un gato padece de estrés? Los síntomas son variados, máxime si se tiene en cuenta que la reacción ante el estrés varía en dependencia de la naturaleza del minino y las experiencias que haya vivido.
Y es que la conducta, es resultado de un estímulo que causa estrés, y al cual el gato debe adaptarse. Los estímulos pueden ser externos o internos, y en ambos casos, la respuesta producida (conducta) puede ser innata o aprendida.
 Los síntomas más evidentes de que un gato padece estrés son: agitación, dilatación pupilar, posición enroscada, higiene excesiva (dermatitis sicogénica), agresividad, marcación de territorio dentro de la casa y deposiciones urinarias o de materia fecal fuera de la bandeja. Razas como el Siamés y el Birmano manifiestan estrés, además, mordisqueando de forma obsesiva lana u otro tipo de tejidos.
Asimismo, un gato estresado presenta cambios en sus hábitos de aseo. De tal forma, el gato puede bañarse hasta perder el pelaje de su cuerpo, o no bañarse. El minino también suele maullar excesivamente y caminar de un lado a otro con maúllos.
Un felino estresado actúa distante, duerme y juega menos. De igual forma, cambia sus costumbres alimenticias y, en algunos casos, come objetos como las toallas. Aruña las puertas y ventanas.
CAUSAS DEL ESTRÉS
El aburrimiento puede transformar a los gatos en agresivos y destructivos. Esto suele suceder cuando el felino permanece mucho tiempo solo, tras sostener una relación muy cercana con su dueño.
Por su parte, un minino marca dentro del hogar cuando su rutina diaria cambia repentinamente, u otro animal ha llegado a la casa. Esta situación también se repite cuando por una limpieza profunda o por cambios de muebles su olor se ha perdido.
Muchas veces la manera de marcar territorio es orinando en forma de espray las superficies verticales. Según especialistas, al desaparecer las marcas el gato las reemplaza orinando. Ante un comportamiento de este tipo castigar al gato puede ser una decisión errada; ofrecerle más areneros y colocar la comida en el lugar que hace las deposiciones demostrará mejores resultados.
Los gatos también necesitan espacio para reposar durante determinados momentos del día. Encontrar y asegurarle a los mininos un lugar tranquilo para esto puede facilitar su proceso de relajación y adaptación, en el caso de que se haya mudado de casa. Generalmente, los felinos domésticos eligen lugares altos y cerrados.
 TRATAR EL ESTRÉS
Para hacer frente al estrés de un gato y ayudarlo a enfrentar ese padecimiento se debe acudir a especialista en Etología (ciencia que estudia el comportamiento animal), quien encontrará solución al problema, mediante cambios conductuales del comportamiento del minino.
No obstante, en el proceso de diagnóstico, el dueño del gato puede ayudar advirtiendo cuando comenzaron los síntomas y ante que situación. Asimismo, puede contribuir a la eliminación del estrés físico al cortar las garras que estén muy largas, así como las pulgas.
Por otra parte, es importante que el gato tenga suficiente comida y agua, para que no sufra períodos de hambre o sed.
De igual manera, existen alternativas para enfrentar el estrés psicológico. Esto se resuelve realizando juegos que estimulen al gato. En este sentido se aconseja comprar juguetes al gato e ir intercambiándolos para que no se aburra de ellos.
Favorecen el comportamiento de los felinos, la caricia de su dueño, y vivir en un entorno tranquilo, donde la música no se escuche a volúmenes muy altos.
Asimismo, mejoran al gato la tenencia de un lugar para comer y su propia caja de arena. Un acuario en casa mantendrá entretenido al gato, que pasará parte del día mirando los peces. 
by:http://www.mundogatos.com/salud/factores-mas-frecuentes-que-estresan-a-los-gatos
El estrés en los gatos suele estar relacionado con cambios bruscos, que requieren adaptación por parte del animal, así como con enfermedades, obesidad y parásitos.
De tal forma, el tratamiento a este trastorno, que se manifiesta, generalmente, en la conducta del felino debe indicarse luego de analizar detenidamente la actitud de la mascota, así como el entorno al que se encuentra expuesto.
En la determinación del origen del estrés intervendrán, entonces, dos factores fundamentales: el dueño del gato y el veterinario, este último con destacada participación debido a su condición de especialista.
De tal forma, es posible que un gato se estrese tras  intervenciones quirúrgicas, viajes prolongados, la llegada de una nueva mascota a la casa o el nacimiento de un bebé, entre otras.
SÍNTOMAS DEL ESTRÉS FELINO
¿Cómo advertir que un gato padece de estrés? Los síntomas son variados, máxime si se tiene en cuenta que la reacción ante el estrés varía en dependencia de la naturaleza del minino y las experiencias que haya vivido.
Y es que la conducta, es resultado de un estímulo que causa estrés, y al cual el gato debe adaptarse. Los estímulos pueden ser externos o internos, y en ambos casos, la respuesta producida (conducta) puede ser innata o aprendida.
Los síntomas más evidentes de que un gato padece estrés son: agitación, dilatación pupilar, posición enroscada, higiene excesiva (dermatitis sicogénica), agresividad, marcación de territorio dentro de la casa y deposiciones urinarias o de materia fecal fuera de la bandeja. Razas como el Siamés y el Birmano manifiestan estrés, además, mordisqueando de forma obsesiva lana u otro tipo de tejidos.
Asimismo, un gato estresado presenta cambios en sus hábitos de aseo. De tal forma, el gato puede bañarse hasta perder el pelaje de su cuerpo, o no bañarse. El minino también suele maullar excesivamente y caminar de un lado a otro con maúllos.
Un felino estresado actúa distante, duerme y juega menos. De igual forma, cambia sus costumbres alimenticias y, en algunos casos, come objetos como las toallas. Aruña las puertas y ventanas.
CAUSAS DEL ESTRÉS
El aburrimiento puede transformar a los gatos en agresivos y destructivos. Esto suele suceder cuando el felino permanece mucho tiempo solo, tras sostener una relación muy cercana con su dueño.
Por su parte, un minino marca dentro del hogar cuando su rutina diaria cambia repentinamente, u otro animal ha llegado a la casa. Esta situación también se repite cuando por una limpieza profunda o por cambios de muebles su olor se ha perdido.
Muchas veces la manera de marcar territorio es orinando en forma de espray las superficies verticales. Según especialistas, al desaparecer las marcas el gato las reemplaza orinando. Ante un comportamiento de este tipo castigar al gato puede ser una decisión errada; ofrecerle más areneros y colocar la comida en el lugar que hace las deposiciones demostrará mejores resultados.
Los gatos también necesitan espacio para reposar durante determinados momentos del día. Encontrar y asegurarle a los mininos un lugar tranquilo para esto puede facilitar su proceso de relajación y adaptación, en el caso de que se haya mudado de casa. Generalmente, los felinos domésticos eligen lugares altos y cerrados.
TRATAR EL ESTRÉS
Para hacer frente al estrés de un gato y ayudarlo a enfrentar ese padecimiento se debe acudir a especialista en Etología (ciencia que estudia el comportamiento animal), quien encontrará solución al problema, mediante cambios conductuales del comportamiento del minino.
No obstante, en el proceso de diagnóstico, el dueño del gato puede ayudar advirtiendo cuando comenzaron los síntomas y ante que situación. Asimismo, puede contribuir a la eliminación del estrés físico al cortar las garras que estén muy largas, así como las pulgas.
Por otra parte, es importante que el gato tenga suficiente comida y agua, para que no sufra períodos de hambre o sed.
De igual manera, existen alternativas para enfrentar el estrés psicológico. Esto se resuelve realizando juegos que estimulen al gato. En este sentido se aconseja comprar juguetes al gato e ir intercambiándolos para que no se aburra de ellos.
Favorecen el comportamiento de los felinos, la caricia de su dueño, y vivir en un entorno tranquilo, donde la música no se escuche a volúmenes muy altos.
Asimismo, mejoran al gato la tenencia de un lugar para comer y su propia caja de arena. Un acuario en casa mantendrá entretenido al gato, que pasará parte del día mirando los peces. 

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